28 Feb

Vengo de la calle empedrada, pongo el pie sobre la acera y tengo frente a mí la gran puerta de madera, de dos hojas; con una inscripción, también de madera, sobre la hoja de la derecha que se mantiene cerrada. Es algo sobre el amor, se “huele” que vive allí un artista. La sala bien iluminada me descubre unas cortinas sin puertas, obras tejidas, probablemente de culturas latinoamericanas. El se encuentra en la otra habitación, y sale a recibirme. En el fondo me siento culpable, pues me aprovecho de su ausencia, pero no lo hago por maldad, es que hay una necesidad que me empuja hacia él, algo misterioso. Es como si quisiera sumergirme en su mundo interior, en sus bellos ojos. Es tan introvertido, tiene un aura suave y dura a su alrededor. Quizá sea su coraza.Y aquí está, junto a mí, no logro ver su cara, pero siento su proximidad. Su aliento que me acaricia, que me envuelve en su aura de misterio y sensualidad, y no pienso. Me dejo llevar por los sentidos, y me abandono a sus deseos. Siento que mi falda de flores se levanta con la brisa, creo que la puerta no se ha cerrado, pero ahora somos invisibles, somos solo él, y yo. Me toma por los cabellos y me atrae suavemente hasta su boca. Su boca que es suave, dulce, abrasadora, hiel y miel a la vez. Sus manos bajan por mi cuello, mientras me pego  a su cintura. Me levanto del suelo como en un letargo y, ya sus manos juegan en mis entrepiernas y un licor viscoso corre por mis muslos, mis tobillos, y continúa deslizándose por la habitación, de manera que flotamos en ese río de placeres recién descubiertos. El también se eleva y danzamos para Eros y Venus con la profesionalidad de primeros bailarines, con música de nuestros espíritus que se acompasan a un mismo ritmo.   Hay una luz de luna que nos entra por los poros, por todos los orificios del cuerpo. Esa luz que de tan fuerte nos hace cerrar los ojos, y nos impulsa la sangre, los miembros, los sentidos, hasta que nuestras mentes estallan y no podemos pensar, y sólo vemos luz, luz, luz.                                               15 de Septiembre del 2002.

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