Querida Elyad:
He pensado que podría ayudarte a desenredar la madeja de tu vida, si voy contándote la mía. Al fin y al cabo cada una es espejo de la otra, imágenes que se multiplican en el infinito de lo que llamamos humanidad. Es entonces que creciendo una, desarrolla la otra su tamaño, y algo lindo puede resultar de éstas, la comunicación necesaria para comprendernos.
Érase una niña sentada en su silla de ruedas, a la puerta de su casa, inmueble inaccesible para su andar, más tenía todo el ancho de la calle que su vista le permitía alcanzar, y un pedacito de cielo entre los edificios altos. Puede parecer poco, más tenía los libros, sus estudios, su familia, y una extensa cantidad de personas transitando todo el tiempo por su calle. Gente a todo color, a todo gesto; miradas benevolentes o extrañadas, espantadas o lastimosas, alegres y amorosas. En fin, un gran catálogo para escoger cómo ser, o quién ser.Una tarde de no sé qué día, tan parecido a otro de su niñez, apareció en su puerta una mujer con su profecía:
TÚ SERÁS ARTISTA, NO SÉ SI ESCRIBIRAS O TOCARAS LA GUITARRA, PERO ARTISTA VAS A SER
Y ya me ves aquí, escribiéndote después de 15 años de haber descubierto que la plástica era mi modo de expresar mi mundo interior, y de haber iniciado un camino que no sé si termine al final de esta encarnación. Pero de ese inicio te cuento luego