Alma mía:
Ando desorientada.
En estos días me he sentido como la ranita que cayó en el hoyo, y sus compañeras le decían:-estate quieta, nunca podrás salir, no hay salvación para ti.
Más, como la ranita era sorda, pensaba que sus compañeras la animaban a salir, y saltaba, y saltaba, y cada vez saltaba más alto, porque sabía con firmeza que lograría llegar afuera.Y así me siento yo. Estoy saltando cada vez más alto, y siento que mis piernas se fortalecen con cada movimiento. Aún cuando las circunstancias son tan absurdas si las miro a través de mi mente, y si desboco a mis emociones. Por eso me guío por la voz de mi maestro que me indica:Aguarda, aún no es el momento. Él es tu lazarillo. Esta persona necesita realizar una experiencia y te comprometiste a ayudarle.
Siento a veces que el tiempo se alarga demasiado, que esto no va a acabarse nunca, más sé que es un efecto psicológico. Yo soy dueña del tiempo y de la vida que me toca vivir; y la pongo en mano de mi maestro para que me guíe todo el tiempo.
Muchas cosas suceden que no alcanzo a comprender, más tengo fe de que contribuyen a mi crecimiento espiritual. Que me están preparando para lo que vendrá después, y me ayuda a irme desapegando poco a poco. Comienzo a ver las cosas desde arriba. Gracias a Dios.