01 Mar


IX

Es posible que un día lleguen todos, a tu vera, a la sombra de tu ala. Es destino irremediable del que ama, encontrarse contigo en el camino. Una vez hallado, eres espada, escudo, luz, amor divino. De ti es imposible desprenderse, una vez conocido y anhelado. Es entonces la montaña que se empina, que se crece ante mis ojos como un árbol. La escalada es difícil, ir arriba nos cuesta liberarnos de equipaje, más las manos van formando una cadena, y las voces te aclaman desde lejos. Son voces que vienen de la altura, de aquellos que adelantan el sendero. Abajo los lamentos del que sufre, te recuerdan tus primeros pasos; indecisos, inseguros, con la fe y la esperanza en uno mismo. Ayudarles es preciso, es preciso ir hacia ti, conmigo.

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